Cuando los dinosaurios dominaban la tierra(1970) sin efectos especiales por ordenador, el uso de los efectos especiales era un bien preciado que no se podía gastar así como así, porque encarecía y retrasaba enormemente una producción.
Como mucho se usaban miniaturas para recrear decorados o fondos pintados, como el campamento Nazi de “En busca del Arca Perdida”(1981) de Spielberg, uno de los últimos directores en usar estas técnicas y que más tarde abanderará y amortizará los efectos especiales hasta llegar a recrear los mismísimos dinosaurios en “Parque Jurásico”1993.
También fue en 1981 cuando se estrenó “Furia de Titanes”(1981, Desmon Davis) más famosa por sus criaturas, como Medusa o Craken. Todas ellas nacieron de las manos de Ray Harryhausen (Los Ángeles, US, 29/junio/1920) auténtico padre y moldeador de criaturas fantásticas tan icónicas como Terminator o Alien.
Y digo moldeador porque así se hacían los efectos especiales, el llamado stock motion, moldeando con plastelina los monstruos y moviéndolos poco a poco hasta conseguir una escena, gastando horas para conseguir apenas segundos de metraje.
Y de sus manos nacieron criaturas como el minotauro de “los 7 viajes de Sinbad”(1958), los esqueletos de “Hason y los Argonautas”(1963), los dinosaurios de “Un millón de años AC” o “El Valle de Gwangi”(66 y 69 respectivamente) y así hasta 1981, año en el que se estrenaba “Furia de Titanes” donde Medusa lucía un peinado lleno de serpientes de los más exótico y petrificante.
Con “el Valle de Gwangi”(Jim O’Connolly, 1969) y de manos de Harryhausen, los dinosaurios llegaron España, poblando un mundo perdido en el desierto, plácidamente hasta que unos baqueros los descubren desencadenando la acción de la película. Este mundo perdido estaba tan perdido como lo puede estar la Ciudad encantada de Cuenca, escenario natural que se usó para la película, rodando también en la Catedral de esta misma ciudad la escena final.
Desde entonces apenas aparecieron dinosaurios en los cines hasta que llegó Steven Spielberg en 1993 con su Parque Jurásico, mejorando la imagen que había dado de estos seres Harryhausen y casualmente relanzando los efectos especiales hasta puntos insospechados.
Por desgracia, con estas nuevas técnicas se abarataron los costes de producción de los efectos especiales, y cientos de grandes profesionales aparecieron por doquier, dándole a los productores la oportunidad de relegar los guiones y las historias a un segundo plano, para concatenar escenas generadas mediante ordenador. Antes un efecto especial era un bien preciado que no se podía introducir en una película así como así y solo si había una buena historia, esta se podía acompañar de efectos especiales. Solo así podían tener esa pizca de vitalidad que tenían las bestias creadas por Harryhausen.
Quien lo iba a decir en 1993 cuando Phil Tippet, pupilo de Harryhausen en el stock motion, se disponía a realizar los efectos especiales de Parque Jurásico, cuando Spielberg descubrió una prueba de lo que los efectos por ordenador podían hacer. Esto fue el fin del stock motion, y así lo declararon durante la pre-producción cuando Tippet vio las pruebas por ordenador: “Estamos en el paro” y alguien le contestó “querrás decir extinto”. Esta genialidad se usó luego en el guión de la película, y Tippet no fue al paro sino que se quedó como supervisor de los efectos de dinosaurios por ordenador. Lo que no sabían es que lo que se extinguía no era solo el stock motion en el que Harryhausen había destacado, sino que acababan de herir de muerte a las buenas historias.
Algún día recordaremos aquellos tiempos, cuando los buenos guiones poblában Hollywood.