Hace poco he visto Oblivion. Después de ver la más o menos criticable interpretación de Tom Cruise y un final que ya me veía venir, acaba la película y solo me vino una idea a la cabeza: “Se han cargado la Luna”.
Spoilers:
Moon (2009, Duncan Jones) es una película de ciencia ficción donde la acción transcurre en la Luna, con un mínimo de recursos y un destacable resultado. La película está protagonizada únicamente por el actor Sam Rockwell (Sam Bell), con la compañía de un complaciente robot, GERTY, y esporádicas conexiones con la Tierra.
Oblivion (2013, Joseph Kosinski) transcurre en el planeta Tierra, en una época postapocalíptica protagonizada por Tom Cruise (Jack) y su compañera Andrea Riseborough (Victoria), con un reparto que se completa con Morgan Freeman (Beech), Olga Kurylenko (Julia) y el Mata reyes Nikolaj Coster-Waldau (Sykes). Esta película está llena de acción y efectos especiales, repleta de recursos, con un resultado menos serio, más simple y de entretenimiento, más “American Hero”.
A partir de aquí las coincidencias con Moon no paran de aparecer a trompicones en Oblivion. En las dos películas se dedican a extraer recursos minerales del terreno para el beneficio de los humanos, en una misión de unos 3 años en los cuales los operarios son relevados, durante los cuales cumplen la rutina diaria con gran devoción. Se despiertan, su ejercicio, su desayuno, se duchan, y revisión de instalaciones.
La convivencia con su pareja es similar: mujer complaciente, ama de casa y técnico de control de la estación base. Mientras que en Moon es un robot servicial y lógico, en Oblivion además es una mujer que da pie a la escena carnal de turno. El contacto con el resto de la humanidad se reduce a videoconferencias.
El amor se muestra como motor de los protagonistas, aunque en cada película tenga un planteamiento diferente. Volver con sus añoradas mujer e hija, o encontrar a la mujer de sus sueños (literales) mientras convive con su pareja amada (conflicto … cuernos). Pero el detalle más humano, de creatividad, en medio de tanta tecnología y modernidad, se refleja en una maqueta de una ciudad que se levanta año tras año, o una colección de libros rescatados de entre los escombros. Aquí ambas películas juegan con los sentimientos al mostrar el origen de los libros y de la maqueta, siendo quizás uno de los puntos fuertes de Oblivion.
En los dos films, la prohibición tras la que aparece el Mcguffin son los límites geográficos que no se pueden traspasar, después de los cuales solo se puede encontrar la muerte, lo cual confirma que Oblivion es un clon de Moon. La verdad se muestra dura y cruel.
Al final los protagonistas alcanzan el amor verdadero (son historias de amor al fin y al cabo) y la Luna acaba siendo destruida. En Moon de manera figurada, pero Oblivion doblemente se cargan la Luna y Moon.