Amunt
Esa noche la grada de la Cartuja hizo simbiosis con la de Mestalla. Además de los desplazados al campo sevillano Mestalla abrió sus puertas a los aficionados con unas pantallas gigantes en el campo para seguir el partido.
Aquel día un aficionado, al menos uno, piso por primera vez el coliseo valencianista. Y no lo olvidaré cuando nos pitó toda la grada mientras a ras de campo caminabamos para buscar sitio.
No fue ningún chiste que conté. Entre nosotros amigos un valiente aficionado del Atlético de Madrid recibía el típico saludo de la grada al equipo contrario.
La Final ya es parte de la historia.
Amunt