Otr o de los anuncios del Salón del Cómic era la nueva película de Dragon Ball Z, Battle of Gods, con las voces catalanas de la serie original de TV3. |
Producida por Selecta Vision se podrá ver en los cines de Catalunya, Euskadi y Baleares el 30 y 31 de mayo y el 1 de junio. |
| En un pequeño stand asomaba la cabeza entre el gentío Oliver Aton. Cosplay Original mostraba sus camisetas de Oliver y Benji, del Niupi y del Mapet, además de las de «Los Caballeros del Zodiaco». Y un juego de mesa de Capitán Tsbasa, al estilo las chapas, con todo tipo de detalles sobre la serie. |
Como ya se anunciaba, Batman fue uno de los ejes del Salón de este año. Con motivo del 75 aniversario, DC Comics ha publicado «Batman 75» que recoge la primera aparición del Caballero de la noche, entre otras ediciones de grandes dibujantes y escritores. Así mismo, entre otros, se lanzó el libro «Batman Serenata Nocturna» que recoge los orígenes de Batman de manos de su otro creador: Bill Finger.
La retrospectiva del Salón sobre Batman, algo decepcionante a mi gusto, pues reproduce prácticamente el mismo despliegue de hace unos años, cuando por casualidad visite el salón en el 70 aniversario del Caballero Oscuro. Aún así, repasaba los diferentes aspectos de este héroe de manera rápida y atractiva (enemigos, amigos, bat-tecnología, …) además de recoger alguna de las viñetas y bocetos de los grandes dibujantes durante estos 75 años de vida.
Tal cual el esquema del monográfico de Batman, encontrábamos el de Lobezno, otro de los grandes del universo del cómic, aunque de la competencia, de la editorial Marvel.
Eché a faltar de Darkclaw (Garra oscura), mezcla entre Batman y Lobezno, un producto de la Amalgama galáctica que se sucedió entre los universos Marvel y DC, donde Peter Parker entra a trabajar en el Daily Planet junto a Clark Kent. Curioso cómic.
Un monográfico de Popeye, algo apartado del resto de atracciones de la feria, pero en mi opinión mejor ubicado en tanto llamaba más la atención, una pared en donde se recogía la satírica de las viñetas de los periódicos catalanes respecto al «derecho a decidir«, y todo un pabellón (algo vacío) donde recreaban batallas con vehículos (un tanque Coreano) y figurantes para reunir cómics de temática bélica de todos los tiempos (ie. Príncipe Valiente), acompañados de la correspondiente propaganda histórica catalana.
Poca innovación, en mi opinión, 5 años después en la forma de presentar el Salón del Cómic de Barcelona más allá de conocer en persona a los autores de viñetas y cómics o enterarte de alguna novedad del mundo friki (en el que me incluyo) que al fin y al cabo también está disponible en internet. (No por ello mengua la calidad de artistas y expositores que allí se dan cita año tras año)
Y es que el Salón del Cómic es de Barcelona, y la mayoría de trailers, publicidad, escuelas y tiendas son de allí, tanto que se puede ver a nuevos superhéroes como «Supercatalà«, un ciudadano indignado que se viste la capa. Le ponen lo de Internacional por eso de personajes extranjeros, aunque hacen lo suyo por volver a relanzar años después Batman, el Caballero del Dragon, primera aparición del superhéroe en España, y que se sucede en Barcelona, por eso dels «ratspenats» del escudo valenciano.